El mercado del alquiler sigue adaptándose al nuevo escenario económico y social derivado de la pandemia del coronavirus. Lo ha hecho en cuestión de demanda, de precios y, ahora, en materia contractual. ¿Cómo? Incorporando nuevas cláusulas en los contratos de alquiler. Son las bautizadas cláusulas covid-19. Su objetivo es proteger legalmente a los propietarios y a los inquilinos ante un nuevo posible confinamiento. Por lo general, incluyen moratorias, rebajas en el precio de la renta o cancelaciones anticipadas de los contratos, lo que permite finalizar los contratos antes de lo estipulado y hacerlo sin penalización. Las cláusulas covid-19 depende de la naturaleza y la finalidad del contrato.   “Principalmente se está dando en situaciones donde los inquilinos son temporales -estudiantes o desplazamientos de negocios a medio plazo-, y también en los locales comerciales. Recogen la posibilidad de terminar el contrato antes de lo previsto, y que no suponga un coste económico ni a los inquilinos ni a los propietarios”, explica Monsterrat Junyent, responsable de Asesoría Jurídica de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña (AIC).     La experta destaca que en los primeros meses de la pandemia, los inquilinos aludían a los motivos de fuerza mayor para rescindir un contrato de alquiler sin penalizaciones. “El mecanismo de fuerza mayor ya está en los contratos, y lo que se ha hecho ahora con estas cláusulas es concretarlo. Matizarlo. De manera que un motivo de fuerza mayor se convierte algo en previsible, por lo que hay que atenerse a lo que dicen las cláusulas”, dice. Junyent explica que es muy importante que este tipo de cláusulas recojan todos los supuestos, los detalles. Además, y para que sea compatible con la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAUR), no debe beneficiar a ninguna de las dos partes. “Todos los contratos deben tener un contenido negociado en el que las partes sepan a qué se obligan y qué derechos tiene. Hay que huir de cláusulas estandarizadas que hace entender que no la hemos negociado. Si las cláusulas se personalizan, podrán adolecer de otros defectos, pero no del desconocimiento de su contenido por las partes”. Por el momento, el uso de las cláusulas covid-19 no está generalizado, aunque los expertos pronostican que poco a poco se irán incorporando al mercado inmobiliario, y que además, se quedarán un tiempo entre nosotros. “Es algo muy novedoso. Ahora que está empezando el curso académico y la temporada de pisos compartidos, comenzarán a proliferar más. Las cláusulas covid-19 son positivas, pero hay que tener cuidado ya que la regulación en exceso también puede resultar un freno para el mercado”, dice Ferrán Font, director de estudios de pisos.com. Otro experto inmobiliario, Iñaki Unsain, Personal Shopper Inmobiliario (PSI) explica a este periódico que al margen de las cláusulas covid-19, la negociación entre propietarios e inquilinos ha funcionado y seguirá haciéndolo en los próximos meses. “Por el momento, las cláusulas covid-19 no son algo generalizado. Durante la pandemia hemos tenido clientes que han negociado rebajas de hasta el 50%, otros no han pedido nada, otros aplazamientos e incluso, condonaciones». Unsain destaca que a lo largo de estos meses se han llegado a acuerdos de sentido común, y que todo depende de las necesidades que tengan tanto los propietarios como los inquilinos.

La Asociación Balear de Servicios Inmobiliarios, (ABSI) ha elaborado una encuesta entre sus asociados para conocer de primera mano cómo se está moviendo el mercado inmobiliario en Baleares después del confinamiento, cuáles son las preferencias de los compradores y hacia dónde se dirigen. La encuesta ha detectado que el 41% de los encuestados han mantenido el número de ventas o incluso las han incrementado frente a un 59% que han disminuido sus operaciones. ABSi prevé un fuerte descenso en la venta de viviendas a los largo de los próximos meses y que los precios bajarán. Pese a la situación de inestabilidad sanitaria, y por tanto económica, ABSI valora estos datos de manera prudente ya que, si bien es cierto que la bajada no ha sido tan fuerte como en otros sectores, se ha decectado que este equilibrio se debe básicamente a operaciones que quedaron pendientes de ejecutar antes del confinamiento y, durante los meses posteriores a la recuperación de la normalidad, se han ido concretando.   ABSI ha señalado en relación con la encuesta que "queremos ser muy cautos porque creemos que lo peor está por venir. Desde la agrupación inmobiliaria más importante de Baleares estamos empezando a recibir las primeras señales de preocupación que se materializarán una vez finalice el verano ya que esa demanda en la compra de viviendas, provocada por el casi nulo movimiento en las operaciones inmobiliarias debido estado de alarma, se agotará y, de cara a septiembre, el 69% de los encuestados prevé un fuerte descenso de ventas y el 76% descenso de compradores". En cuanto a los precios, estos se han mantenido estables, según la valoración de las agencias inmobiliarias que han participado en la encuesta, y se prevé que después del verano bajen de manera moderada. "La explicación es debida a que los propietarios suelen resistirse a reducir el precio de salida pero, debido al poco movimiento de operaciones, nuestra previsión es que los precios vayan disminuyendo de cara al otoño", señala. En referencia al volumen de ventas de las agencias asociadas, ABSI ha subrayado que "de enero a julio llevamos un acumulado de 500 operaciones cerradas, lo que supone un descenso respecto al mismo periodo del año 2019, datos que asumimos como normales debido a la situación provocada por el Covid-19. De enero a marzo se trabajó a buen ritmo y prometía ser un año bueno en cuanto a la compra-venta de viviendas pero el confinamiento durante tres meses paralizó en más del 95% las operaciones por lo que venimos de tres meses prácticamente inhábiles para el sector. Ahora hay un ligero repunte, por la demanda acumulada, pero la previsión es mala ya que estamos detectando una cierta resistencia a comprar por miedo a futuros rebrotes de la enfermedad".

Asamblea de ABSI. Trabajando en las nuevas líneas de actuación de nuestra asociación. Nuevos retos ante los nuevos tiempos. #Absi #ElPoderDelGrupo #Asamblea

No por mucho mezclar limpiamos más y mejor y, de hecho, hay que tener cuidado con combinar productos de limpieza. Descubre qué no debes hacer y que sí, así como la mejor manera para mantener el COVID-19 fuera de casa.   Queremos que todo esté limpio, más aún en estos días, y tomar las máximas precauciones para prevenir el COVID-19, pero ojo, cuidado con ponernos a combinar productos de limpieza como si por mucho mezclar consiguiéramos más eficacia, de hecho, puede ser muy peligroso, como nos comenta la experta y química Deborah García Bello. "El consejo general es no mezclar nada, porque no sabemos qué reacciones o qué composiciones tiene cada producto y se pueden provocar accidentes o que se inactiven", nos cuenta García Bello. Para entender mejor cómo funcionan, qué debemos hacer y qué no, le hemos preguntado parte por parte todas nuestras dudas. ¿Qué productos nos ayudan a destruir el coronavirus? Todos hemos visto ya representaciones del COVID-19, pero la experta nos explica, qué partes son las que atacan los productos de limpieza y cómo lo pueden inactivar. "El virus es una cápsula con material genético en su interior. La envoltura es una especie de grasa y las púas son unas proteínas", cuenta. Según explica, hay dos formas de destruirlo: acabar con la capa de grasa, para lo que utilizamos jabones, por ejemplo; o acabar con las púas, con alcohol o lejía, entre otros. "Cualquier producto de limpieza con tensioactivos sirve para quitar la grasa", comenta. "Los tensioactivos son sustancias que rebajan la tensión superficial (esa tensión es la que tiene el agua, por ejemplo, por ello los mosquitos pueden posarse sobre ella), haciendo que dos sustancias en principio inmiscibles puedan mezclarse. Esto lo podemos observar si añadimos un tensioactivo (como el lavavajillas) en un vaso con agua y aceite y agitamos", comenta. Dicho de otro modo, cuando mezclamos el jabón con agua, el agua penetra mejor y el tensioactivo elimina la grasa. Así que, cualquier limpiador jabonoso sirve para inactivar el virus. Por eso nos recomiendan lavarnos las manos a menudo. Lo mismo para nuestros suelos, encimeras, platos, y todo lo que quieras limpiar. La otra forma de inactivarlo es atacar las púas de proteínas y para ello sirve la lejía, que contiene hipocloritos y una gran capacidad de oxidación para romper enlaces químicos. Por eso, por ejemplo, cuando echamos lejía en un textil desaparece el color. También sirve el alcohol y el agua oxigenada. "No está demostrado que el amoníaco pueda actuar y, en cualquier caso, yo no lo recomiendo, pues es altamente tóxico", nos comenta García Bello. Por Sara Barragan del Rey. Artículo publicado en el Architectural Digest.